Quan es recorda un film tothom guarda sempre al fons de la seva memòria algun fragment de diàleg que ens deixa en blanc. És aquella capacitat que tenen les paraules ben dites (i també ben llegides) de deixar-nos sense saber què dir, pensant en l’eco d’allò que s’ha escoltat.
Tan si són frases dites en un context humorístic com dramàtic, moltes vegades el diàleg és el que provoca que ens agrade l’acció o que la pel.lícula ens resulte lenta i mortificant.
Actualment podem trobar moltes obres on el diàleg esdevé la part fonamental, i resulta molt original perquè està treballat, és un diàleg pensat. És clar que aquí tot és relatiu i el que més influeix alhora de promocionar a la gran pantalla un film, és el gust del consumidor .
Però no es pot negar la força de les paraules dels grans clàssics… Qui no pensa de seguida en la intensitat del moment de “…y juro que jamás volveré a pasar hambre!”, o de les frases finals, tals com “Louis, éste es el comienzo de una gran amistad” o la famosa “nadie es perfecto”.
I no tan coneguts: "Tiene usted un maravilloso sentido del humor. Desearía tener sentido del humor, pero nunca puedo pensar en algo divertido que decir hasta que todo el mundo se ha ido a casa". (Carole Lombard en “Al servicio de las damas”).
Ja no és simplement la frase, sinó el context en el qual apareix, que la converteix en genialitat. Pensant en frases que m’agraden molt, podria citar una (de tantes) de Hitchcock , quan la protagonista (Grace Kelly) descobreix que la seva confident i “ama de llaves” estava envenenant-la per arrebatar-li el marit i li explica: “qué clase de amor éste que es capaz de hacer tanto daño? Nosotros siempre hemos rechazado ese tipo de amor, eso no es amor!...” (Aquesta l’escric de memòria, no trobe la cita exacta).
O una altra que m’encanta encara que resulta frívola, però encantadora: “Los hombres como tú me han convertido en lo que soy, Si me amaras de verdad, comprenderías las dificultades por las que he tenido que pasar en vez de utilizarlas contra mí,... no, no. No digas nada más.” De Marilyn Monroe en Los Caballeros las Prefieren Rubias. A més del context, és clar, també és l’actor o l’actriu del moment qui les fa especials, qui ompli la pantalla amb imatges i paraules.
Hi ha frases molt tendres, per exemple una de Benigni en La vida es bella: "Me olvidaba decirte que, que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes imaginar, pero esto no se lo diré a nadie, sobre todo a ti. Deberían torturarme para obligarme a decirlo. Que quiero hacer el amor contigo, no una vez sólo, sino cientos de veces, pero a ti no te lo diré nunca, solo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo aquí, delante de tu casa, toda la vida".
En trovem d’altres on a vegades veiem reflexats pensaments nostres i en escoltar-los ens commouen: "La mayoría de personas cuando tienen una aventura o una relación larga y rompen, la olvidan, pasan a otra cosa y la olvidan como si nada hubiera pasado. Yo jamás olvido a alguien con quien he compartido algo, porque cada persona tiene sus cualidades propias, no se puede reemplazar a nadie, lo que se pierde, se pierde. Cada vez que acabo una relación me afecta muchísimo, jamás me recupero del todo, por eso pongo mucho cuidado en las relaciones porque me duelen demasiado, aunque sea el royo de una noche...no suelo tenerlos porque echaría de menos las cualidades propias de esa persona, me fijo en los pequeños detalles". Julie Delpy (Antes del atardecer)
N’hi ha que ens fan gràcia: "Tenía mujer, pero me plantó, aunque no puedas creerlo. Dijo que yo era infantil y que nunca maduraría. Y yo tenía un buen argumento, podía haberla machacado, pero levanté la mano y no me dio la palabra". Woody Allen (Scoop)
O també que dónen por! ("Abogado?... abogadooo!!, ¿estás allí? abogadoo!!. Sal ratita quiero verte la colita!". Robert de Niro en El Cabo del miedo)
Però… les profundes i idealistes són les que més m’agraden:
"Fui a los bosques porque quería vivir a conciencia, quería vivir a fondo y extraer todo el meollo a la vida, y dejar a un lado todo lo que no fuese vida, para no descubrir en el momento de mi muerte, que no había vivido". Robin Williams en El Club de los Poetas Muertos.
"Empieza el juego, quien no haya llegado ya no juega. Se precisan 1000 puntos. El primer clasificado ganará un carro blindado nuevo. Menuda suerte. Cada día leeremos la clasificación por ese altavoz de allí, al último clasificado le colgaremos un cartel que dirá: Asno. Aquí en la espalda. Nosotros estamos en el equipo de los súper malos que gritan sin cesar, quien tenga miedo pierde puntos. En tres casos se pierden todos los puntos: los pierden, uno, los que empiezan a llorar, dos, los que quieren ver a su mamá, tres, los que tienen hambre y piden la merienda. ¡Nada de eso! Es muy fácil perder puntos, porque hay hambre. Yo mismo ayer perdí 40 puntos porque no pude aguantar y pedí un panecillo de mermelada. De albaricoque. Y el de fresa. Y nada de chucherías porque nosotros nos os vamos a dar, nos las comemos todas nosotros. Yo ayer me comí 20. Me duele la barriga. Pero estaban buenas. Os lo aseguro. Perdonad que me vaya enseguida pero estamos jugando al escondite y si no me tocara parar".Roberto Benigni
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